sábado, 2 de enero de 2016

Elecciones del 20D y consecuencias para el leonesismo


No es fácil hablar de elecciones nacionales y relacionarlas con el leonesismo, no tanto por sus resultados más bien pobres, sino por la inexplicable fobia a presentarse y quemar cartuchos en algo tan necesario e importante como es obtener representación leonesista en el parlamento madrileño. Quitante la excepción del PREPAL, UPL ha rechazado en los últimos años presentarse aduciendo cuestiones económicas, excusa que suena ridícula de un partido que puede ingresar anualmente más de 30.000 euros anuales solo en partidas públicas. En estas últimas elecciones los leoneses únicamente pudimos votar o al PREPAL o a Ciudadanos Rurales Agrupados, partido este último de extraña concepción que desde luego se aleja de los postulados del leonesismo a pesar de contar en sus filas con algunos nombres antes vinculado a ello.

Pero en los resultados aparecidos tras la noche electoral, caben destacar muchas cosas importantes para el leonesismo que entre tanta vorágine pro y anti pocos parecen percibir.

ASCENSO DE LAS NUEVAS FUERZAS NACIONALES DONDE NO GOBIERNAN
Aunque se ha resaltado y mucho el gran ascenso de las nuevas fuerzas nacionales como Podemos o Ciudadanos, en el caso del País Leonés, no deja de ser extraño que obtengan resultados solo en León y Salamanca, mientras que en Zamora se opte por el bipartidismo clásico PP-PSOE. La cosa llega a más si tenemos en cuenta que la ciudad de Zamora está siendo gobernada por Izquierda Unida con 8 concejales. Ni Podemos ni Ciudadanos han obtenido diputados, y ambas formaciones fueron casi al empar en votos con ligera ventaja de Podemos. IU sencillamente se descalabra. Resultado que solo se puede interpretar como voto castigo, el mismo que motivó su ascenso municipal.
En las provincias de Salamanca y León, si bien han tenido amplia representación municipal de estas nuevas formaciones a nivel de ayuntamientos, tales resultados no han servido para tener alcaldías ni puestos significativos. Los resultados obtenidos a nivel nacional dando León 1 diputado a Podemos y Ciudadanos, y Salamanca 1 diputado a Ciudadanos.

Aunque podamos acogernos a la Ley D’Hont y lo malas que son las proporciones de voto, la interpretación más simple es que cuanta más relevancia y participación tengan las nuevas fuerzas políticas en los recientes nuevos ayuntamientos, su merma en votos será mayor. Salamanca, que gozó de gran impulso a la marca blanca de Podemos (Ganemos Salamanca) centra el voto alternativo en Ciudadanos, con menor presencia tanto en la capital como en la provincia. Zamora siguió la tónica antes citada de castigar y volver a castigar con un voto díscolo y nada fiel respecto de las municipales. Y León se queda con Podemos como tercera fuerza por cuanto no participa de gobierno importante alguno, castigando a Ciudadanos que se ha implicado de forma importante en el ayuntamiento de León.


EL PARASITISMO DE PODEMOS
Podemos se nos ha vendido como una formación que ha obtenido 69 diputados. Eso es cierto pero a medias. Partamos del hecho de que Podemos no se ha presentado como tal en todas partes. Usted, como leonés, si ha votado a Podemos, encontraría la papeleta con tal nombre. Pero un gallego, un vasco, un catalán o un valenciano no. Y son precisamente estos lugares donde más votos ha obtenido la formación, apareciendo en coalición con plataformas, partidos y colectivos de izquierdas con tintes nacionalistas, que son los que verdaderamente han aportado votos a la marca Podemos y no el propio partido en sí.
El granero de votos de Podemos proviene de la plataforma de Ada Coláu (En Comú Podem) particularmente de Barcelona y su área metropolitana, con 12 diputados. Los votos vascos de Podemos son de Ahal Dugu en gran medida, agrupación de izquierdas vinculadas al nacionalismo vasco que en origen parte de los movimientos de indignados tras el 15M, y otorgan 5 diputados a los que sumar otros 2 en Navarra. En Galicia proceden del colectivo En Marea, nada menos que 6 diputados. Finalmente Valencia con otros 9 diputados.

Dicho de otro modo: de los 69 diputados totales de Podemos, 34 se vinculan a marcas que no son de Podemos sino pactos, es decir, la mitad de los diputados de Podemos surgen de plataformas que no necesariamente comparten el mismo proyecto político que emana de la dirección de Podemos. Es por ello que la primera premisa establecida por Iglesias para pactar un hipotético gobierno nacional fue el derecho a decidir (referéndum) para Cataluña, algo no tratado en todas las campañas de la formación y obviando las cuestiones claves que han fomentado el voto hacia Podemos como las políticas sociales.

REPERCUSIÓN ECONÓMICA
Además, las coaliciones catalanas, gallegas y valencianas podrían tener grupo propio en el parlamento, con todo lo que de partida económica implica, que se estima en algo más de 2,7 millones de euros anuales, eso sin contar el hecho de que quizás el grupo vasco se integre en algún colectivo tipo grupo mixto o cualquier otra jugada final. De esas partidas, hay que destacar los 21.167,64 euros por escaño. Pero tampoco olvidaremos las dietas y gastos extraordinarios que habrá que ver en qué cuantías se fijan y cuándo y cuántas se van a usar.
El actual parlamento, presidido por el PP, ha rechazado tal posibilidad al entender que pertenecen al mismo grupo político, pero el PSOE ha afirmado que si finalmente hacen pacto ambas formaciones, se les concederán este privilegio. En este aspecto, a Podemos se le va a juzgar y mucho en su imagen, pues los medios de comunicación usarán constantemente como ataque sus métodos de financiación pública y más si provienen por ingresos por partidas a grupos parlamentarios.

Todo ello sin entrar en detalles de la propia gestión interna, que hay que entender que cada plataforma antes citada obedece antes a sus líderes internos que a la ejecutiva madrileña de Podemos. Eso si existe líder interno, porque en el caso vasco la carencia de dirección es la nota fundamental, pero en el catalán quien compare resultados entre Podemos a lo catalán en las autonómicas y el actual para el Congreso se dará cuenta que la jefa es Coláu.

LO MÁS IMPORTANTE: LA DESINTEGRACIÓN DE LOS NACIONALISMOS
Pero el gran detalle que casi ningún medio de comunicación ha querido reflejar es el descalabro de los partidos nacionalistas clásicos. El BNG desaparece del mapa electoral, obtiene resultados de mínimos, casi ridículos frente a otros comicios. Bildu, formación coalición digamos que de izquierdas y capitalizadora del voto más social, que bien se podría considerar la heredera de Amaiur, se queda en 2 diputados a pesar de sus brillantes resultados a nivel municipal y autonómico. Nafarroa Bai desaparece. CiU (ahora rebatuizado como Democràcia i Llibertat), con todos sus rifirrafes internos y externos por la propuesta secesionista, se queda en 8 diputados con su nueva marca. ERC logra 9 diputados, subiendo posiciones mediante la capitalización del voto nacionalista e independentista. PNV asciende uno más para lograr 6 diputados gracias a los aportes vizcaínos y en cierta forma beneficiada por la ley electoral. Coalición Canaria también desaparece, lo mismo que Geroa Bai.
Es decir, aquellas formaciones nacionalistas gobernantes y que además cuentan detrás con una amplia trayectoria política en cuanto a representación en Madrid, consolidan resultados y presencia con más o menos fortuna, mientras que las formaciones que no tuvieron tanta trayectoria, se vinculan a la izquierda o nacieron fruto de colectivos de izquierdas o plataformas sociales, se fusionan bien en Podemos o se desintegran en una miasma de votos. La excepción a esta norma sería Coalición Canaria que sufre los costes de un pacto de gobierno con el PP a cambio de nada en esencia, cediendo camino a Podemos.
Podemos, con su política de pactos con formaciones nacionalistas de izquierdas, ha hecho desaparecer del parlamento su presencia en pro de un concepto de izquierdas donde se justifican los nacionalismos no como una reivindicación de una identidad diferenciada sino como una respuesta a un nacionalismo español cuasi fascista. Discurso que en el fondo no de dejar menos españolista que el del resto de partidos de carácter nacional. Podemos, en definitiva, ha sido capaz de absorber los votos y asumir el discurso de gan parte de los movimientos nacionalistas. Otra cuestión es si en verdad tienen ganas de ponerlo en práctica, cosa que nos tememos no será así.

REALIDAD PLURINACIONAL SIN LA CUESTIÓN LEONESA
Muchos que se autodenominan leonesistas han votado a Podemos (algunos incluso a Ciudadanos), alegando la necesidad de un cambio en la política. Ese cambio, sin embargo, y en lo tocante al tema de identidades, consiste básicamente en un modelo de estado plurinacional fundamentado en dos categorías: por un lado las nacionalidades históricas que son ni más ni menos que las que pertenezcan a Podemos (Galicia, Euskadi, Cataluña, Valencia), porque fíjense que en ningún momento se habla de Aragón o Andalucía como tales, por citar dos ejemplos de comunidades donde no han logrado los resultados esperados y que se catalogan de nacionalidades históricas según sus propios estatutos autonómicos. Es más, se lleva el tema a extremos como hablar de Euskal Herria, concepto de nación vasca integrada por el País Vasco, Navarra y el país vasco-francés.

Por otros lado existirían las “regionalidades”, territorios de una España clásica donde habitarían canarios, extremeños, asturianos, castellanos, murcianos, mallorquines…y por supuesto leoneses, eso sí, dentro de Castilla y León. Todo lo anterior, claro está, se refiere a Podemos, porque para Ciudadanos España es una, central (que no grande) y sin discusiones (que no libre).
En Ciudadanos la cuestión leonesa se zanja con un "fin de las autonomías". A Podemos se le ha preguntado hasta el cansancio sobre la cuestión leonesa. La respuesta ha sido siempre la misma: existe un algo, un problema, una realidad que se llama occidente u oeste de la comunidad, pero que debe ser abordada desde el punto de vista de las desigualdades económicas y de oportunidades de desarrollo. Algo así como lo que ha dicho desde siempre el PSOE, IU y todas las formaciones de carácter nacional que tildan al leonesismo o como sistema político burgués o como respuesta social a una mala gestión del PP en la comunidad. Porque en este mundo todos tienen derecho a decidir democráticamente, aunque ese "todos" no acaba de abarcar lo leonés.
Música que suena a viejos éxitos ochenteros. Los más veteranos dentro del leonesismo recordarán cuando el PSOE prometía un referéndum para León (la provincia, claro) si ganaba las elecciones. También a un CDS, autor de la actual comunidad, diciendo que los leoneses podrían constituirse en una comunidad propia. Y a una AP (antiguo nombre del PP) reconociendo el hecho leonés separado de lo castellano. Cojan lo que se dice desde Podemos, cambien las palabras por sinónimos, los tonos y el contexto, y el significado final será exactamente el mismo.

UPL CÓMPLICE DE TODO ESTO
aunque todavía algunos no se lo acaben de creer, UPL está pactando silencios, votos en blanco y complicidades enmascaradas, para lograr supuestas inversiones y aprobaciones de presupuestos, algunas más que discutibles. De ello el PP es muy consciente, y aunque UPL presente como triunfos esas partidas presupuestarias, veámoslas desde otra óptica: ha logrado una partida de 300.000 euros para un Museo de la Semana Santa que ya existe en Zamora y del que no se desglosa exactamente en qué se gastará. Se designan partidas para centros sanitarios en León, incluyendo el de Sahagún o el del barrio del Ejido en la ciudad de León. Sorprendente aprobación si tenemos en cuenta que el del Ejido fue propuesta inicial de IU, o que el de Sahagún lo era del PSOE y fue rechazada, pero admitida a través de UPL. Ni siquiera esas inversiones garantizan su ejecución, son únicamente para iniciar el estudio.
Y a cambio de estas inversiones UPL es capaz de guardar silencio en las cosas más evidentes, como por ejemplo la propuesta de mayor dotación presupuestaria presentada por Ciudadanos para fomentar más la marca Tierra de Sabor, con un presupuesto anual de 369.340 euros. Eso sí, teatrillo de todos los años con la Fundación Villalar, lloriqueo vacío para el 23 de abril diciendo que no hay nada que festejar, etc. Fíjense que incluso ha sido Ciudadanos quien ha cuestionado la existencia de la Fundación Villalar y ¿reacción de UPL?: "sí, nosotros también, pero por si acaso no vamos a presentar enmienda alguna al respecto, solo haremos un comunicado de prensa". Leonesismo de salón.
Esa política de pactos secretos y no firmados, inclina la balanza aún más hacia el descontento, tanto del votante leonesista como del que no. Políticas viejas, sin objetivos claros y definidos respondientes a las necesidades sociales de los leoneses. Dará igual que se presenten como logros, a la larga reportarán fracasos. No habiendo grandes alternativas en voto leonesista (el PREPAL desgraciadamente se ha quedado en una reliquia ideológica), el futuro del leonesismo político es la desaparición incluso presentando logros económicos e inversores. Recuerden 1999 y lo logrado por UPL con los acuerdos con el PP a nivel de ayuntamiento de León traducidos en algunos casos a nivel provincial con firma del ministro Arenas. Todo un espectáculo mediático y un gol por toda la escuadra que se traducía en 230.000 millones de pesetas de inversión. ¿Resultado? Perdió 2 concejales y más de 2.000 votos en el ayuntamiento leonés.

Los votos del leonesismo, salvo que las cosas cambien y mucho, se trasvasarían directamente a las formaciones emergentes tipo Podemos, o si éstas se “tocan” por malas decisiones, volverían al PP o PSOE. En cualquier caso, se perderían para el leonesismo con todo lo que ello implica no solo de representación sino de simbolismo de un pueblo que se niega a ser absorbido e ignorado.

LA IMPOSIBILIDAD DEL LEONESISMO
Estas votaciones han dejado claro dos hechos que deberían preocupar seriamente al leonesismo y replantear muchas cosas:

Por una parte que existe un porcentaje muy significativo del electorado leonesista que prefiera votar un partido de carácter nacional, claro opositor de la identidad leonesa como realidad diferenciada, en pro de un cambio basado en la mejora social y limpieza de corruptelas. Algo así como optar por un partido pro castellano-leonés que haga de esta comunidad un ejemplo de bienestar social y de ética. Esto daría totalmente la razón a quienes han sostenido durante años que la reivindicación leonesista se basa en una absurda rivalidad contra Valladolid y en una mala gestión por parte del PP, como han sostenido desde siempre todos los partidos de izquierdas nacionales como IU o PSOE.

De otra parte que el leonesismo político se resiste a ver la importancia de presentarse a unas elecciones nacionales aduciendo motivos económicos que son a todas luces falsos. Subordinar el leonesismo únicamente a cuestiones domésticas (locales, provinciales y autonómicas), lo convierte en otra reclamación sin más recorrido que un conflicto de intereses y sin más proyección que la prensa local. Quien dice nacionales dice elecciones a Bruselas.

Delatora es la carta de Pedro Gallego, actual presidente de UPL, con frases como las siguientes:
(...) A los llamados partidos políticos tradicionales no les ha interesado cambiar nada, porque han vivido la placidez de una ficticia economía boyante que les ha permitido distribuir a su antojo y sin control el erario público. Han distribuido, a su antojo, puestos en la Administración Pública creando una Administración paralela alejada de los intereses reales de los ciudadanos, con el único objeto de acceder al poder y a los círculos de decisión.
Han perdido su raíz ideológica, porque no han sabido, o no les ha interesado adaptarla a las nuevas necesidades de una sociedad en continua evolución. La ambición personal de sus líderes les ha llevado a establecer un férreo control de sus militantes para perpetuarse en el poder y así la democracia interna es una utopía que solo figura en la palabrería de los que no han tenido vocación alguna de servidores públicos.
(...) Por todo esto, mis queridos Reyes Magos, os pido que en la mañana del 6 de enero, en nuestros zapatos relucientes, todos a una, formaciones políticas y ciudadanos comprobemos que la magia y sabiduría de los Magos de Oriente es una realidad y tengamos un gobierno fuerte y estable que recupere los derechos perdidos y muestre al mundo una imagen de una España unida, sólida y creíble.
Extraña carta de reflexión que más parece la descripción del partido que preside que una crítica política. Así es UPL.
 
Cobra más sentido que nunca la pregunta de que si realmente existe un leonesismo real y plausible, y si se traduce en algo político. La respuesta debería ser un sí inmediato. Pero no lo es, tampoco es un no rotundo. Dependerá de los verdaderos leonesistas que no sea negativa. De entrada una anécdota que vale una profunda reflexión: ¿Saben ustedes cómo califican en Podemos a la provincia de León? como "circunscripción rural". Así lo escriben en el facebook de Podemos León en un mensaje publicado el 29 de diciembre. León es muchas cosas, rural no ni por población ni por economía. No es descalificatorio pero sí evidencia el profundo desconocimiento de la realidad leonesa, que tiene a más del 50% de su población viviendo en entornos urbanos y cuyo peso agrario apenas supone el 7% del total. Con más delito viniendo del círculo provincial.
¿Queremos los leoneses que nuestros designios sigan regidos por otros desde fuera, o preferimos hacerlo nosotros mismos? De lo primero ya hemos tenido suficientes pruebas. Ustedes mismos.